Introducción.-
La excelente
iniciativa de Jaime Redín, de la cual estamos todos enterados,
me ha comprometido para redactar este compendio de vida familiar
y profesional, en el cual pretendo sintetizar las principales
actividades desarrolladas, después de nuestra común graduación
como bachilleres, con el único objetivo de compartir con todos
el proceso de situación personal vivido, en el transcurso de
estos años, que ya son muchos y, así mismo, y sobre todo,
conocer la historia de quienes se adhieran a este registro,
ojalá sean todos, para compartir así mismo, a través del
recuerdo, la amistad que nació en esa fabulosa etapa de
transición que inició en la niñez y avanzó hasta la adolescencia
- madurez, y que nos marcó para toda la existencia.
Relato.-
Ingresé a la
Facultad de Ingeniería de la Pontificia Universidad Católica del
Ecuador y me gradué de Ingeniero Civil, lo cual me permitió
trabajar desde estudiante en el Ministerio de Obras Públicas,
luego en una empresa privada y finalmente en el sector
eléctrico, al cual estoy ligado desde hace 30 años.
Obtuve dos
diplomados, en los años 80, en temas ambientales en España, lo
cual viabilizó que me vincule al área eléctrica en esa
especialización, en el Instituto Ecuatoriano de Electrificación,
INECEL, y que ejerza actualmente la Jefatura de la Unidad de
Gestión Ambiental del Consejo Nacional de Electricidad, CONELEC.
Paralelamente fui
profesor principal de la Facultad de Ingeniería de la Pontificia
Universidad Católica del Ecuador, PUCE, durante 25 años, de los
cuales me desempeñé como Sub Decano 4 años. Las materias que
dicté fueron: Hidrología de Aguas Superficiales, Prácticas de
Topografía I y II, y Trazado de Carreteras. Debo comentar que
fue un desafío importante convertirme en docente y a la vez una
sorprendente y gratísima experiencia, compensada con
reconocimientos continuos de parte de todos mis ex alumnos con
quienes me he cruzado en el camino de la actividad profesional.
Adicionalmente me
vinculé, al mismo tiempo, a la gestión gremial, durante 10 años,
primero en calidad de Vocal Principal del Directorio del Colegio
de Ingenieros Civiles de Pichincha, CICP, elegido en votaciones
directas, sistema de dignidades. Me desempeñé como Presidente
del Centro de Actualización de Conocimientos del CICP, y luego
como Director del mismo. Finalmente fui elegido, por 2 años, en
1996, durante el XIV Congreso Nacional Ordinario del gremio,
Secretario Ejecutivo del Colegio de Ingenieros Civiles del
Ecuador, CICE.
El deporte fue
connatural en mi existencia, especialmente el fútbol, que lo
practiqué desde que tengo uso de razón y que por coincidencias
felices de la vida lo jugué a nivel profesional, mientras
estudié en la PUCE, durante 5 años, habiendo llegado a conseguir
el título de campeón de ascenso a profesional y de profesional,
en la modalidad de entonces, década de los 60, con el equipo de
la Universidad Católica. En las Instituciones para las cuales
laboré, integré equipos de indor fútbol, habiendo obtenido
campeonatos y distinciones de goleador, siempre alineé de
delantero.
Es pertinente
resaltar, como experiencia personal, que ese corto lapso de
tiempo durante el cual practiqué el fútbol profesional, me abrió
puertas de popularidad, hasta hoy día, situación que no ocurrió
en los casi 40 años de ejercicio de la ingeniería, practicada
desde cuando fui estudiante.
El otro deporte
que practiqué fue el ascensionismo, que lo inicié en el Colegio,
como lo recordarán algunos y que lo continué como Montañero del
San Gabriel, luego de graduado de bachiller, debiendo destacar
el haber llegado a los 6310 msnm, la máxima cumbre del
Chimborazo. Dejé de ascender en 1974 cuando mi esposa me lo
“prohibió”, luego del fatal accidente sufrido en el Cayambe en
abril de ese año, cuando una avalancha sepultó a quienes
conformaban la cordada de ascenso, los ex San Gabriel, Médicos,
Carlos Oléas y César Ruales y el Chef francés Josphe Berger, la
cual quizás hubiera conformado, sino hubiera coincidencialmente
salido del país.
Actualmente,
desde hace 4 años juego ecuavoley, todos los sábados y hago
gimnasia todos los días.
El mayor logro de
mi vida ha sido mi matrimonio realizado el 30 de enero de 1971,
con Margarita Serrano Laso, con quien hemos formado a 4
maravillosos hijos, sus nombres son: Margarita, Santiago,
Lorena, Xavier. Margarita Ing. Comercial y CPA, casada. Santiago
Arquitecto, casado. Lorena Licenciada en Administración de
Empresas e Ing. Comercial, soltera. Xavier, soltero, a media
carrera universitaria, siguiendo los pasos de las hermanas y
también en la PUCE, como todos. “Nota: aún no tengo edad para
ser abuelo. Les envidio a los que ya son.”
Conclusión.-
A manera de
conclusión y como párrafo final de esta breve reseña, he creído
pertinente dedicarlo a reflexionar sobre avatares con los que
hemos luchado, durante los últimos 43 años, amarguras
importantes relacionadas especialmente con lo irremediable,
sufridas internamente, por la muerte de compañeros de colegio,
de amigos, de familiares; todos o casi todos hemos lamentado
profundamente la partida, en unos casos prematura, en otros
esperada de nuestros padres, esposas, algunos de un hijo,
circunstancia ante la cual me declaro impotente de opinar y
sobre la misma solo cabe manifestar nuestra fraternal
condolencia, que hubiéramos deseado expresarla a tiempo y
personalmente, en todos los casos.
A propósito del
tema planteado cabe reseñar que, en mi caso particular, sufrí el
prematuro fallecimiento de mi madre por enfermedad y mi padre
también por enfermedad, pasada la tercera edad, muchos años
hace.
Un episodio
familiar que nos marcó profundamente, hace 10 años, fue la
operación de un tumor cerebral maligno a mi esposa, intervención
quirúrgica que nos la devolvió a la vida y sobre la cual
agradecemos a Dios y a la Dolorosa diariamente, considerando lo
afortunados que fuimos al contar con ese milagro divino y con el
apoyo moral y material de, especialmente, el grupo organizado de
compañeros del Colegio. |