HOMILIA PARA LOS EXALUMNOS EL 30 DE ABRIL EN EL TEMPLO DOLOROSA

 

Padre José F. Rivas


Apreciados hermanos y amigos:

 

Nos hemos reunido en este Templo bajo la dulce mirada de la Dolorosa del Colegio para festejarla y homenajearla con motivo de su fiesta de Abril, para cantar un Himno de Acción de Gracias por los constantes beneficios que en el último año hemos recibido de Dios, por medio de María, la Dolorosa.  Además esta Eucaristía está dirigida y pretende también fortalecer el vínculo de amistad y compañerismo que las diversas promociones gabrielinas que aquí se han reunido y finalmente para dar por inaugurado el centenario de aquella mirada de la Dolorosa hace noventa y nueve años.

 

Sí hermanos, este es nuestro humilde pero sincero homenaje a la Madre de Jesús por su entrañable fiesta de Abril; es nuestro saludo, nuestra felicitación y juntamente con este saludo queremos renovar nuestra Fe; realizar el reencuentro con Jesús en la Eucaristía.  Es este el examen anual de conciencia, para pedir perdón a Dios por nuestras deficiencias, por nuestros fracasos, por nuestras debilidades, por nuestras cobardías, por nuestros egoísmos.  En una palabra, por todo aquello que cada uno sabe y conoce mirando a su corazón con los ojos de la Dolorosa.  Por todo ello, hoy es un día muy especial que de la misma manera que celebraremos cada año el día de la Madre con filial amor, hoy celebramos a María nuestra Madre Dolorosa, llenando nuestros corazones de promesas y propósitos para ser mejores maridos, más cariñosos padres, más eficientes profesionales, más cristianos comprometidos en todo el quehacer diario, en medio de tantos y tan graves problemas y dificultades. 

 

Por ello les diría valientemente para darles el ánimo, la fe y la esperanza que todos necesitamos “que nadie se sienta excluido del amor de Dios, que nadie se sienta abandonado de la protección de la Dolorosa, que nadie se deje ahogar en la desesperación, ni se sienta excluido o abandonado ni desconfíe del amor de dios.  Pues este es el día de nuestro homenaje a la Madre de Dios, la Virgen Santísima la Dolorosa, cuando nos sentimos alejados talvez de todos aquellos sueños e ilusiones y propósitos que ofrecíamos a Dios, por medio de la Dolorosa en los hermosos y despreocupados años de nuestra adolescencia.

 

En segundo lugar nos hemos reunido en esta Eucaristía para dar gracias a Dios por medio de María por todos los beneficios que hemos recibido de Dios nuestro Padre, en el último año desde que tuvimos en último encuentro.  Beneficios de orden espiritual y también material.  En esta acción de gracias no podemos olvidar el sufrimiento, el dolor y en general todo aquello que nos haya hecho sentir completamente abatidos y hasta talvez desperados.  San Ignacio de Loyola en la contemplación para alcanzar amor en el libro de los Ejercicios Espirituales nos hace pedir a Dios “conocimiento interno de tanto bien recibido para que yo enteramente reconociendo pueda en todo amar y servir a su divina majestad”  “Conocimiento interno, profundo, total de tanto bien recibido.  Y luego nos hace Ignacio recordar los beneficios recibidos de creación, redención y dones particulares ponderando con toda intensidad cuánto ha hecho Dios Nuestro señor por mí, y después de reflexionar, considerar con mucha razón y justicia lo que yo debo de mi parte ofrecer y dar a su divina majestad. 

 

3ro En tercer lugar esta reunión anual de exalumnos gabrielinos está direccionada a fortalecer los vínculos de amistad, compañerismo y confraternidad de las diferentes promociones de exalumnos del colegio San Gabriel,  El propósito, el objetivo es excelente pero no es suficiente.  Siempre he pensado que como exalumnos somos una fuerza desperdiciada, una catarata capaz de mover el mundo pero que se desparrama sin servir para nada.  Recuerdo al respecto aquellas palabras puestas en boca de San Ignacio, dirigidas a Francisco Javier en la obra de M. Pemán, el Divino Impaciente:
 

“El dolor de tu alma ardiente, Javier

me da pena verla arder

sin que de luz y calor.

Eres arroyo baldío

Que por la peña desierta,

Va desatado y bravío,

Mientras se despeña el río

Se está secando la huerta”.
 

¿No seremos los exalumnos un arroyo baldío que por la peña desierta va desatado y bravío?  No se estará secando la huerta mientras se despeña el río?

 

No pudo dejar de mencionar a la promoción de 1980 que está aquí hoy para celebrar sus bodas de plata.  En este año cumplen 25 años desde que graduados de bachilleres salieron del Colegio a afrontar la vida con sus estudios, con su trabajo, con la fundación de nuevas familias.  Para todos ellos mi sincera felicitación y agradecimiento por haberse reunido y organizado para llevar adelante este feliz reencuentro de viejos tiempos y aventuras en estos centenarios y tutelares muros Gabrielinos.  Es cierto que no están todos, que siempre hay algunos que muy lejos de la Patria no han podido venir y también hay algunos que no quieren venir porque reniegan de su colegio, de sus educadores y hasta de sus compañeros.  Hace pocos días recibí una carta de un antiguo alumno de Guayaquil que ha escrito un libro sobre sus años en el Colegio San Gabriel como interno y precisamente topa este tema cuando dice: “los jesuitas han sido verdaderos maestros en la correcta psicología de educar y en despertar afecto por sus planteles.  Tienen el arte de inspirar una estrecha amistad individual con sus discípulos, sin perder jerarquía ni el respeto que les son debidos.  He observado algo curioso en los exalumnos: o son decididos panegristas de esa orden, o simplemente la detestan.  No hay término medio.  Yo, afortunadamente, me encuentro entre los primeros que somos la indudable mayoría”. 
 

No se puede contentar a todos.  La vida es así.  Ni siquiera en la familia se puede contentar a todos, pero lo que importa es que aquí está la mayoría de la Promoción que quiere celebrar estos hermosos 25 años de egresados del San Gabriel y por ello merecen mi felicitación y el agradecimiento más cordial en nombre mío y de la Compañía de Jesús.

 

Finalmente no toca a todos abrirnos de par en par a la celebración de los 100 años de amor de la Dolorosa.  Queremos dar comienzo con esta Eucaristía al Año Centenario que culminará el 20 de abril del 2006.  Hemos empezado ya a lanzar a los cuatro vientos este mensaje: CIEN AÑOS DE AMOR DE LA DOLOROSA DEL COLEGIO.  Cien años en que esta Patria dolorida ha pasado su vía crucis, y su propio calvario, pero en la que todavía arde la llama y la antorcha de la esperanza y la utopía de los sueños.  En las bodas de plata del milagro hubo grandes concentraciones de fieles devotos de la Dolorosa que en todas partes reavivaron la devoción popular a la Dolorosa: a los 50 años en 1956, la bendita Imagen fue coronada por medio del 1er Cardenal Ecuatoriano, Carlos María de la Torre como Reina y Madre de la Juventud estudiosa del Ecuador; en 1981 a los 75 años de aquel acontecimiento se llevó a cabo una gran misión para restaurar los valores de la familia en Cristo… pero, qué vamos a hacer ante este aniversario de sus 100 años de amor?

 

Somos nosotros los que tenemos que responder a esta pregunta con nuestra vida, con nuestras acciones, con nuestro compromiso cristiano…
 

Conocemos que el Cuadro del Milagro va a realizar un verdadero peregrinaje por las diferentes tierras de la Patria, por sus ciudades y sus pueblos, que sin duda ayudará a reanimar la Fe de los creyentes esparcidos por todos los rincones de la Patria.  Todo ello está muy bien, pero yo, mirando a los Ojos y al Corazón de la Dolorosa, creo que hay que hacer mucho más.  No podemos quedarnos con los brazos cruzados, ante tantas dificultades que emergen por doquier, para quienes tuvimos el privilegio de educarnos bajo su mirada maternal durante 6 años.
 

Ante tantas y tan graves dificultades por la que atraviesa la Patria, tenemos que sacudir la pereza y el no importismo que nos carcome como un cáncer maligno y debemos pasar a la acción decidida y efectiva como exalumnos del San Gabriel en diferentes acciones fundamentales para refundar la República como se dice ahora y que me atrevería a insinuar con el mayor respeto:
 

A una ACCIÓN POLÍTICA con honestidad, con entrega generosa y sacrificada al bien común, al servicio, a los demás, ser más para servir mejor.
 

A una ACCION SOCIAL que nos ponga en marcha para solucionar o ayudar a solucionar los graves problemas de salud, de la educación y de la vivienda principalmente.
 

A RECONSTRUUIR LAS BASES DE LA FAMILIA ecuatoriana.  Esta es una tarea casi heroica, muy difícil pero no imposible y siempre necesaria.
 

A RESCATAR los valores fundamentales para establecer una convivencia pacífica, humana y fraterna entre todos los ecuatorianos. 

 

Para terminar quiero dejarles unos hermosos pensamientos que nos pueden ayudar a todos para poner en marcha nuestros sueños y utopías.
 

Es verdad que hay mucho mal en el mundo, pero no olvidemos que el mal puede ayudar al bien.  “El mal sirve de estiércol para el bien, dice un autor francés Joseph Joubert”.  A veces el mal nos pone nerviosos, al pensar que su existencia es siempre y radicalmente nociva.  Y no es así.  El mal puede ayudar a abonar la tierra del bien.  El estiércol en su debida dosis, no estropea al árbol, sino que le inyecta fuerza y dinamismo para crecer y fructificar.  No se trata de ser permisivo con el mal sino el de emplearlo como estímulo para hacer el bien.

Que nuestra posición sea:
 

-         ante tanto odio y rencor, propaguemos el amor y la paz

-         Ante tanta falsedad y mentira, difundamos la sinceridad y la verdad

-         Ante tanta superficialidad y mediocridad, cuidemos la profanidad y la calidad

-         Ante tanta corrupción, seamos íntegros.

 

Que la Dolorosa nos transforme en este Año de sus Cien años de Amor. 

Abril 30, 2005